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Estudio del temario: comprensión y memorización.

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– Para aprender hay que comprender.

– No existe un método infalible de estudio.

– Su elección dependerá de las capacidades y virtudes de cada uno.

– Los test y ejercicios autoevaluativos cumplen con una doble función.

Tras las fases de compilación del temario y planificación el opositor se adentra en la que requiere más trabajo en sí, la que le ocupará durante más horas y, probablemente, le obligue a realizar el mayor esfuerzo: la de estudio. No existe un método infalible de estudio. Lo ideal es que cada opositor dé con la manera que mejor se adapte a sus virtudes y capacidades.

La fase de estudio siempre se desarrolla en dos niveles: comprensión y memorización. Para aprender hay que comprender, no hay otro camino, y aprender de memoria un extenso temario supone, más que un gran despliegue, un derroche de recursos altamente desaconsejable si lo que se pretende es llegar en las mejores condiciones a esa prueba final de la que dependerá nuestro futuro profesional en una administración pública.

La efectividad en esta fase dependerá, como sucede a lo largo de todo el proceso de preparación, de las capacidades personales del opositor para comprender, desmenuzar y, finalmente, retener/aprender la mayor cantidad de información/conocimiento posible de cara al examen. Si se pretende apostar sobre seguro la opción más recomendable es también la más costosa: trabajar al máximo la asimilación del contenido del temario. Ello requerirá en primer lugar una lectura comprensiva completa. No es necesario detenerse demasiado en los detalles. En este paso lo importante es avanzar, pero sin perder la concentración. Esta primera toma de contacto global con el temario nos permitirá entenderlo de principio a fin, detectando y clasificando las distintas vetas de contenido, lo que nos servirá para discernir sobre la importancia de cada lección, de cada epígrafe, dentro del programa considerado en su conjunto y facilitará los pasos siguientes.

Un subrayado inteligente allanará el camino.

Tras esa primera lectura conviene otra más pausada pero igual de decidida en cuanto a concentración y planificación de principio a fin. En esta procederemos al subrayado. Si el primer paso –lectura completa- fue realizado con el suficiente aplomo, seremos capaces de subrayar –destacar gráficamente sobre el papel- lo verdaderamente importante y no nos ahogaremos en ese océano multicolor de líneas y círculos en el que tantas veces el opositor sumerge las páginas del temario terminando por destacar absolutamente todo y, por tanto, no destacando absolutamente nada de un contenido en el que, indefectiblemente, debemos separar el grano de la paja.

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Resúmenes y esquemas: herramientas de gran utilidad para el opositor.

En tercer y último lugar hallamos la confección del resumen y los esquemas. Aunque pueda parecer una obviedad, y seguramente lo es, no podemos dejar de señalar que estos deben cumplir su función utilitarista, es decir, son una herramienta y, como tal, tendrán que ser capaces de desempeñar un rol auxiliar hasta el final del proceso. En primer lugar, hacer un resumen y/o esquema de cada lección o epígrafe supondrá una vuelta de tuerca más en el afianzamiento de la materia objeto de estudio en nuestra memoria. En su realización iremos a lo esencial, a lo que, más tarde, nos permitirá abrir las compuertas de lo aprendido al primer vistazo.

Por supuesto, los pasos descritos en esta fase de estudio no son los Mandamientos de la Ley de Dios. Cada cual podrá modificarlos, saltárselos o comprimirlos a su antojo, adaptándose a las capacidades de cada uno. Probablemente habrá personas que pasen directamente del primer paso –lectura completa- al tercero –realización del resumen/esquema-. Otros procederán a subrayar directamente durante el primer abordaje al temario. Cuidado con ello. Cuando no se conoce mínimamente la materia lectiva es muy fácil caer en un falso subrayado e incurrir en el coste adicional, en tiempo y dinero, que supondrá imprimir de nuevo el temario o eliminar las marcas realizadas, si estudiamos, como todavía es muy común, sobre papel.

Test y ejercicios autoevaluativos.

Aunque, como no dejamos de advertir, todo depende del tipo de examen hacia el que dirigimos nuestros esfuerzos, los test y ejercicios de autoevaluación cumplen con una doble función. Por un lado, las baterías de test suelen ser parte integrante de los exámenes y, por tanto, de la dieta de estudio en la mayoría de oposiciones. Conviene familiarizarse con ellos realizando el mayor número posible y en OpoSapiens Premium los tenemos en cantidad y calidad. Asimismo, los ejercicios autoevaluativos, diseñando, por ejemplo, preguntas cortas sobre las distintas partes del temario, nos reportarán una muy necesaria información acerca de si estamos asimilando los contenidos de un modo y a un ritmo satisfactorios.

Por otra parte, ambos elementos suponen una inyección casi lúdica contra la rutina, muy necesaria a la hora de dinamizar esas largas jornadas de estudio a las que nos vemos abocados. Los ciclos de estudio explicados en el artículo titulado Opositar y la exigencia de una planificación realista y flexible, divididos en lapsos temporales que harán del estudio una actividad más digerible y llevadera, se verán muy beneficiados si, de un modo planificado, son interrumpidos puntualmente con la realización de pruebas –test y ejercicios de evaluación- que pongan a prueba nuestros conocimientos.

La técnica de estudio dependerá del formato de la prueba a superar. Es muy importante saber el número de exámenes que integran la oposición, si son orales o escritos y si estos últimos son de tipo test, de preguntas cortas, de desarrollo, o bien combinan distintas modalidades. Una vez conocemos las pruebas evaluativas deberemos ser conscientes de nuestras fortalezas y debilidades. Un análisis lo más objetivo posible al respecto nos permitirá reforzar nuestros puntos débiles y encarar la prueba final con mayores garantías de éxito.

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Atrapado en el tiempo: 4 lecciones para el opositor.

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¿Os acordáis de la película Atrapado en el tiempo cuyo título original es Groundhog Day? Se trata de una fantástica comedia dirigida por Harold Ramis en 1993 y protagonizada por el siempre genial Bill Murray. La acción transcurre en Punxsutawney, un pequeño pueblo de Pensilvania. Phil (Bill Murray) es un meteorólogo arrogante y frustrado que va a cubrir el evento anual del Día de la Marmota. Su intención es cumplir el expediente y largarse lo antes posible de ese lugar, pero de repente queda atrapado en el tiempo y tendrá que vivir una y otra vez ese día.

Cada año por estas fechas navideñas tengo la costumbre de ver este film. No se puede negar que se ha convertido en un clásico de la comedia y una joya de la historia del cine. La disfruto mucho cuando la reponen en televisión o la rescato de mi filmoteca particular.

Pues bien, en este artículo exprimiremos nuestra creatividad y obtendremos de esta magnífica película cuatro moralejas o lecciones que pueden ser de utilidad para las personas que se están preparando una oposición.

Más allá de los divertidos gags y de la interpretación deliciosa de Bill Murray y Andie McDowell, la película proporciona valiosos consejos que podemos extrapolar a nuestra empresa como opositores. A continuación haré referencia a algunos tramos de la película, los relacionaré con situaciones o fases a las que se enfrenta el opositor y extraeré enseñanzas que nos pueden servir para superar las dificultades que nos vayan surgiendo. Comenzamos.

Lección 1.

Todo empieza cuando Phil se desplaza a Punxstawnwey, una pintoresca localidad que tiene por costumbre celebrar un festival todos los inviernos donde un jurado predice si el invierno se alargará o no dependiendo de si una marmota se gira para ver su propia sombra. Phil odia tener que ir a ese pueblo, no le motiva lo más mínimo cubrir el evento, y para colmo, se queda atrapado allí debido a una tormenta de nieve que deja bloqueadas las carreteras de salida.

Toda esta situación se asemeja mucho al hecho de tener que ponerse a estudiar una oposición después de mucho tiempo sin hacer codos. Los primeros días son difíciles y coger la velocidad de crucero cuesta trabajo, pero vale la pena intentar hacer las cosas bien desde el primer día para no quedarse atrapado como Phil.

Lección 2.

Más adelante vemos como nuestro protagonista empieza a vivir una y otra vez el mismo día y entra en pánico. Entonces intenta buscar soluciones rápidas y atajos para escapar de esa situación, pero al final se da cuenta de que esa no es la forma correcta de alcanzar su objetivo y romper el bucle temporal.

Eso mismo les pasa a muchos opositores. Cuando son conscientes de la magnitud del reto que les toca afrontar intentan buscar atajos con métodos de dudosa efectividad, pero con frecuencia descubren que no hay soluciones mágicas ni métodos milagrosos para aprobar una oposición.

Lección 3.

Avanzamos en la película y Phil empieza a encontrarle el gusto a su rutina. Va sumando cada día nuevos conocimientos y se convierte en todo un experto del pueblo, de sus gentes y de todo lo que acontece allí.

Al igual que Phil, el opositor va quemando etapas, adquiriendo valiosas capacidades gracias a unos hábitos de estudio sólidos. Se siente cada vez más confiado y esperanzado en conseguir unos buenos resultados en las pruebas gracias al trabajo acumulado y a los resultados parciales obtenidos en las autoevaluaciones. En muchas ocasiones hasta le encuentra el gusto a ese temario o esas leyes que consideraba tan ingratas al inicio.

Lección 4.

Y llegamos al final de la película. Phil logra su objetivo (disculpad por el spoiler): enamorar a la chica y salir del bucle temporal. Lo consigue gracias a su rigurosa metodología, a su memoria y a su fuerza de voluntad.

Todas estas cualidades son las que te servirán a ti también para aprobar tu oposición. Si sigues el ejemplo del protagonista y eres riguroso, sistemático y no te rindes, verás cómo consigues tu plaza antes de lo que piensas.

Un premio gordo te espera al final del camino. Conviértete en un experto en tu oposición. Aplica lo que funciona y desecha lo que no funciona. Rema cada día un poco más en la buena dirección. Phil lo consiguió y tú también lo harás 😉

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Opositar y la exigencia de una planificación realista y flexible.

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– En 2020 la oferta de empleo público descendió un 25%.

– Una parte significativa de la oferta de empleo público fue cancelada por el COVID.

– El 2021 promete ser un año de esperanza para el opositor.

– Una buena planificación es esencial para obtener el puesto deseado en la administración.

En buena medida debido al COVID, en 2020 se publicó un 25% menos de plazas de empleo público que en el año anterior. Numerosas oposiciones fueron pospuestas para ser celebradas en 2021. Para muchos el año 2020 ha sido una ocasión perdida; uno de los años en los que más empleo público estaba previsto ofertar y que la pandemia del Coronavirus dejó seco con la cancelación de multitud de convocatorias.

Aun así, el mensaje siempre debe ser positivo y se prevé que este año 2021 venga cargado de oportunidades en forma de oposiciones a entidades tan significativas como la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos -la popular Correos-, el Cuerpo de Maestros y Profesores de Enseñanza Secundaria, que previsiblemente celebrará todas las convocatorias canceladas el año pasado por la pandemia; Policía Nacional y Guardia Civil, y Agencia Tributaria.

La irrupción del COVID cortó de cuajo el proceso de preparación a pruebas selectivas de miles de opositores de toda España. Esta grave circunstancia nos ha mostrado con claridad meridiana que la preparación de una oposición precisa de una planificación impecable, es decir, suficientemente realista y flexible y, por tanto, capaz de soportar la incidencia de imprevistos no solo pequeños -una leve enfermedad, un trabajo temporal inesperado, un cambio de horario laboral o lectivo, etc.-, también debe permitir sortear grandes y drásticos cambios de contexto, tal como nos ha demostrado el año que acaba de terminar con la propagación del COVID 19 y el gran cúmulo de restricciones que han llegado de su mano y han dado la vuelta a nuestras vidas como a un calcetín.

Todos aquellos que estaban empezando, terminando o se hallaban en plena fase de estudio o repaso del temario se han visto obligados a rediseñar la planificación que, seguramente y no sin esfuerzo, iban cubriendo día a día con el objetivo puesto en llegar a los exámenes con el mayor nivel de conocimientos posible.

Una vez tenemos el temario, tarea en muchas ocasiones ardua por las dificultades que ya apuntamos en el artículo «Un buen temario, primera misión del funcionario» dedicado a la obtención y/o elaboración del material de estudio, es vital planificar las fases de estudio y repaso de un modo, ante todo, realista.

Extensión del temario, dificultad y tiempo disponible.

Una buena planificación girará en torno a tres factores cruciales: la extensión del temario, su grado de dificultad y el tiempo del que disponemos hasta la fecha fijada para la realización de la prueba que nos disponemos a preparar.

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Hay personas que planifican la asimilación del temario únicamente desde el punto de vista de la extensión del mismo. Por temas o páginas, este tipo de opositor confía en que el conjunto de la materia objeto de estudio entraña una dificultad homogénea a lo largo de todo el programa. Sin duda hay oposiciones cuyos temarios se adaptan como un guante a este tipo de planificación. Pero no es lo más común.

Si, como es aconsejable, también eres consciente del grado de dificultad de un temario en concreto, lo más sensato es sistematizar el estudio en base a una asignación del tiempo en función de la dificultad de cada una de sus partes. De esta manera avanzarás en el estudio sin los típicos agobios que surgen cuando, de pronto, encuentras que un tema en particular requiere para su asimilación, por su complejidad y/o extensión, más tiempo que los anteriores. No caigas en la trampa de una planificación rápida e indeliberada. Examina con calma el programa de la oposición y asigna una cantidad de tiempo adecuada para el estudio de cada unidad o división del temario. De esta manera alcanzarás la siguiente fase, la de repaso, en la secuencia óptima del proceso que tú mismo has diseñado para alcanzar el objetivo de conseguir ese empleo público que te proporcionará seguridad laboral y una carrera profesional.

Si preparas tu oposición bajo la tutela de una academia o centro de formación, desde esta recibirás, seguramente, la orientación adecuada. Pero si no es así, lo ideal es que tú mismo realices esa prospección del temario que te permitirá diseñar la mejor planificación. No es necesario que hagas una lectura profunda de las unidades lectivas, pero sí que des un vistazo que, aunque rápido, te dé una idea aproximada del esfuerzo -horas/días de estudio- que requerirá por tu parte. Una vez lo hayas hecho estarás en disposición de construir un cronograma sensato y realista que te allanará el camino, ya que este, tras ese primer acercamiento, habrá pasado de ser algo inhóspito a un paraje que ya no esconde sorpresas desagradables detrás de cada piedra, algo que sucede con demasiada frecuencia cuando se planifica de manera temeraria, a puerta gayola, sin saber nada más que el título de los epígrafes que dan forma al programa.

Estudia por objetivos. Divide el temario y avanza estudiando cada parte, cumpliendo objetivos a corto y medio plazo hasta alcanzar el punto de destino: asimilar la totalidad del contenido y encarar la fase de repaso.

Y en esa planificación que puede abarcar meses o incluso años, dependiendo de la naturaleza de la oposición que se acometa, hay que tener en cuenta la manera de abordar el estudio en el día a día.

La técnica del pomodoro.

Por una parte está la estrategia: hemos sido capaces de planificar las fases de estudio en base al temario al que nos enfrentamos y el tiempo del que disponemos hasta la celebración de los exámenes. Ahora nos corresponde abordar la táctica, la guerra de guerrillas que día tras día nos irá acercando a nuestra meta.

Aunque siempre dependerá del tipo de oposición del que se trate -no es lo mismo opositar a notarías que a un puesto administrativo- es recomendable estudiar por intervalos. Muchos expertos aseguran que tras 25 minutos de concentración en el estudio, el rendimiento baja drásticamente. Empieza autoevaluando este aspecto. Estudia 25 minutos de manera cronometrada y descansa 5. Completa esta secuencia -(25-5)- tres veces y haz un descanso largo de 20 minutos. Repite el proceso hasta que completes tu objetivo diario. Esta es conocida como la “técnica del pomodoro” y su nombre viene de los populares temporizadores con forma de tomate -pomodoro en italiano- que se utilizan en las cocinas para medir la cocción.

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Compra un temporizador con forma de tomate o manzana, lo que más te guste, o utiliza el cronómetro de tu teléfono móvil, pero, independientemente del dispositivo que utilices, no tengas la menor duda de que esta es una técnica que ha dado un gran resultado a todo tipo de estudiantes mejorando su aprovechamiento del tiempo de estudio y, consecuentemente, su rendimiento intelectual.

Eso sí, durante los 25 minutos de estudio debemos estar concentrados única y exclusivamente en la tarea que nos ocupa: estudiar la parte del temario que nuestra planificación tiene asignada para ese día. Debemos esforzarnos por evitar cualquier tipo de distracción que interrumpa nuestra concentración durante el lapso marcado. Pero no hay problema. Enseguida dispondremos de nuestros 5 minutos de descanso en los que podremos tomar un café, un refresco o ver qué hay de nuevo en nuestro WhatsApp.

¿Y de dónde sacaremos fuerzas para levantarnos cada día de la cama con la energía suficiente para encarar una fecunda jornada de estudio? Muy sencillo. Nunca perderemos de vista nuestro objetivo, lo que verdaderamente nos motiva: conseguir ese empleo público que mejorará nuestra vida de una manera determinante.

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!Cuidado! Los grandes enemigos del opositor.

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El autoengaño y la irresponsabilidad son dos comportamientos frecuentes en muchos opositores que pueden reducir las opciones de conseguir nuestra plaza. A continuación aprenderemos a identificarlos y combatirlos.

¿Qué son y cómo identificarlos?

El autoengaño consiste en sustituir en la mente aspectos de la realidad por otros imaginarios.

Aplicado a las oposiciones, una evidencia contraria a nuestros pensamientos o creencias podría ser el pensar que somos muy diferentes y mejores que otros opositores que han conseguido sus objetivos, o seguir métodos de estudio significativamente distintos a los que otras personas han utilizado para superar su oposición.

Una supuesta “verdad” podría ser creer que el resultado de unas oposiciones es directamente proporcional al número de horas estudiadas. De modo que un opositor «A» que preparara su oposición durante 1.000 horas debería tener la mitad de posibilidades que un opositor «B» que estudiara 2.000. Este razonamiento obviaría la importancia de la calidad del estudio en pro de la cantidad.

Por otro lado, la irresponsabilidad se refiere al comportamiento de aquella persona que adopta decisiones importantes sin la debida meditación o previsión.

Dentro de este comportamiento podríamos incluir actuaciones como la de presentarse a una oposición sin estudiar una parte del temario, o realizar un test con la esperanza de acertar la combinación ganadora como si se tratara de un sorteo de lotería. Presentarse sin estudiar lo suficiente puede ser un ejercicio útil en el plano psicológico para aprender a controlar los nervios en futuras convocatorias, pero no podemos confiar en que nos sirva para aprobar.

También podría incluirse en este comportamiento la falta de cumplimiento de los plazos y tiempos de estudio diario autoimpuestos dentro del organigrama y calendario de preparación.

¿Cómo puede afrontarlos un opositor?

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Cuando una persona va a examinarse debe afrontar las pruebas con una serie de habilidades adquiridas que le aseguren opciones (que no garantías) de éxito.

Para evitar el autoengaño y saber efectivamente si un opositor va bien preparado a su examen es vital tener referencias válidas con las que poder compararse. Para ello será crucial la autoevaluación periódica. Con esto queremos indicar que es muy importante probarse uno mismo en repetidas ocasiones para corroborar si se están asimilando bien los conceptos estudiados y ver si la evolución de los resultados obtenidos es satisfactoria.

También es importante confirmar si nuestros resultados son buenos comparándolos con el nivel general de los demás competidores. Para ello nos debemos hacer con los exámenes inmediatamente anteriores a nuestra convocatoria ya que suponen la referencia más directa y fiable que existe. Realizando dichas pruebas y comparando nuestros resultados con las notas de corte pasadas veremos si estamos a la altura de las circunstancias.

Para prevenir la irresponsabilidad de acudir sin la preparación necesaria en oposiciones cuyas pruebas son de desarrollo o exposición en público es muy importante que personas con experiencia contrastada evalúen si nuestro nivel es suficiente para superarlas.

En OpoSapiens tenemos numerosos exámenes reales para que puedas comprobar tu nivel de forma rápida y cómoda. Y con OpoSapiens Premium ofrecemos la posibilidad de crear modelos de examen idénticos en cuanto a contenidos a tu prueba real para medir tu competencia y evolución.

En definitiva, si hay algo en tu interior que te sugiere que no vas bien preparado al examen debes indagar al respecto y buscar referencias válidas como las que te hemos contado aquí que incrementen tus posibilidades de aprobar.

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Un buen temario, primera misión del futuro funcionario.

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– Las oposiciones solo incluyen un programa con epígrafes, nunca un temario.

– La última gran convocatoria ofertó más de 8.000 plazas para más de 120.000 opositores.

– ¿Comprar un temario o hacerlo uno mismo?

La última gran convocatoria de empleo público tuvo lugar en 2019 cuando la Administración General del Estado sacó a concurso plazas para un total de 8.102 nuevos funcionarios. Este dato supuso, nada menos, un incremento del 71,5% con relación a la anterior convocatoria.

La respuesta de la ciudadanía fue masiva. Más de 120.000 personas se decidieron a opositar en un intento de hallar un futuro laboral estable al abrigo de las administraciones públicas.

Una vez el opositor ha escogido la oposición que mejor se adapta a su perfil comienza lo verdaderamente arduo del camino: preparar las pruebas / exámenes a las que se verá sometido de manera obligatoria si realmente es su pretensión terminar trabajando para el estado o una comunidad autónoma.

Como quedó de manifiesto en nuestro artículo «El camino del éxito en tu oposición: temario, planificación, estudio y repaso«, el camino es tan sencillo de formular como complicado de transitar, siendo sus fases: temario, planificación, estudio y repaso. Hoy nos ocuparemos de analizar la primera de esas cuatro obligadas estaciones de paso: el temario.

Conseguir el mejor temario posible.

Cada oposición proporciona en sus bases un programa que no pasa de ser una relación ordenada de epígrafes. En cualquier otro ámbito lectivo, normalmente un programa o índice de materias responde o se basa en uno o varios manuales cuya función es la de compilar sistemáticamente todo lo exigible en la correspondiente valoración de conocimientos. Pero en el caso de las oposiciones no hay manuales oficiales ni guías que ofrezcan cómo y dónde obtener la información necesaria, la materia de estudio.

El programa oficial de la oposición es una enumeración de epígrafes en los que se menciona, básicamente, la normativa y los distintos temas sobre los que se preguntará en las pruebas a superar.

Aquí comienza la primera gran misión para el opositor: conseguir el mejor temario posible o, dicho de una forma más coloquial: los mejores apuntes. Para ello hay fundamentalmente dos opciones.

Probablemente la más socorrida es comprar un temario ya elaborado. Esta es la opción más cara pero no siempre la más segura. Hay que tener mucho cuidado con lo que se compra ya que este mercado está invadido por agentes carentes de escrúpulos que ponen en circulación materiales de dudosa calidad cuando no directamente inservibles. Cuántas veces un opositor ha comprado unos apuntes pensando que serían su tabla de salvación y tras intentar estudiarlos durante un tiempo ha llegado a la inevitable conclusión de que son, sencillamente, un timo. Esta situación es más común de lo que muchos piensan. El opositor es, en muchas ocasiones, alguien que aguarda con ansia un puesto de trabajo que le depare una vida más cómoda y satisfactoria. Por ello está dispuesto a sacrificar gran parte de su tiempo, dinero y energías en preparar una oposición y, en este contexto, hará cuanto antes todo lo que estime necesario. Y a la hora de seleccionar el mejor material de estudio para una oposición, las prisas no son buenas consejeras. Por supuesto que hay opiniones de terceros dignas de ser tenidas en cuenta, pero en este caso, a la hora de seleccionar los apuntes mejor trabajados en base a un temario, hay que informarse bebiendo de cuantas más fuentes mejor. Siempre que sea posible es recomendable consultar la cuestión a alguien que ya haya realizado con éxito las pruebas a las que uno terminará por enfrentarse en el proceso de oposición. Un funcionario en ejercicio, que haya superado los exámenes a los que tú te enfrentas, puede ser una gran fuente de sabiduría. Él podrá relatarte su experiencia: qué apuntes utilizó, si los adquirió a una academia especializada e, incluso, si una vez adquiridos los trabajó de manera individual o acudiendo a uno de estos centros formativos. Una buena y reciente experiencia, bien contada, puede ser oro puro para un nuevo opositor.

Academias y foros online.

Usa la red de redes. Hay muchísimas academias, presenciales u online, especializadas en oposiciones que pueden proveerte de un temario solvente. En lo posible, entabla una comunicación fluida con ellas e interésate, de manera principal, por su porcentaje de éxito con los alumnos que han utilizado los temarios que se elaboran y comercializan desde el propio centro docente. Crea perfiles en foros de opositores, estos suelen ser una brújula, si no infalible, sí de una fiabilidad bastante notable. En ellos también puedes encontrar la solución. Pero eso sí, extrema la prudencia, al fin y al cabo socializarás con personas a quienes no conoces y deberás adoptar todas las prevenciones posibles antes de decidirte a gastar un solo euro en un temario en cuyo estudio y asimilación depositaras todas tus esperanzas.

Si atendemos al aspecto estrictamente pecuniario, la compra de un temario elaborado por un centro docente especializado puede oscilar entre los 50 y los 150 €. Este es un precio que se mueve en una horquilla amplia dado que factores como el tipo de oposición -las hay que requieren temarios más o menos extensos- y la reputación de la academia en la que es adquirido el material, entre otros, determinan el precio final del producto.

Para terminar dos consejos básicos: haz todo lo posible por examinar con detenimiento cualquier temario antes de comprarlo y, por supuesto, desconfía de los que te ofrezcan a un precio sospechosamente bajo.

Hazlo tú mismo.

Pero siempre hay una alternativa a la adquisición de un temario ya elaborado: coger el programa de la oposición y trabajar uno mismo su propio temario.

Esta es una opción que, como todas, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Entre estos últimos advertir que, obviamente, supondrá una inversión de tiempo nada desdeñable ya que esta tarea puede llevar, perfectamente, unos seis meses de trabajo. Construir un temario desde cero supone una labor de investigación, compilación de materiales y redacción que no está al alcance de todo el mundo si se quiere observar un estándar de calidad aceptable.

¿Cuál es su principal ventaja? Si eres capaz de, a partir del programa publicado en la oposición, elaborar tu propio temario de un modo estricto y sin lagunas, muy pocos de los concurrentes a las pruebas lo harán con tu nivel de conocimientos. Trabajar tu propio temario supone, por sí mismo, un estudio concienzudo y pormenorizado de cada epígrafe y materia objeto de la oposición. Una vez confeccionado, entraremos de lleno en la fase de planificación. Pero ese es un cantar del que disfrutaremos en próximos artículos.

Mientras tanto, los test de OpoSapiens seguirán ayudándote a ir apuntalando conocimientos y a familiarizarte con los cuestionarios tipo test, los más utilizados como prueba evaluatoria en toda suerte de oposiciones. Pruébalo gratis!!

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El camino del éxito en tu oposición: temario, planificación, estudio y repaso.

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– Opción online Vs academia presencial.

– Motivación, disciplina, trabajo y suerte.

– El 33% de los opositores se preparan por libre.

Lo sabemos. Apenas tienes tiempo para ir a esas clases que te ayudarían a aprobar la oposición que estás preparando. Pero es que entre tu trabajo actual -que muy pronto abandonarás por tu plaza de funcionario-, los estudios -es muy posible que estés completando tu formación en la universidad o fuera de ella- y las horas que obligatoriamente hay que dedicar al estudio puro y duro del temario, no hay tiempo material de acudir a una academia especializada. Y además está la cuestión del gasto en matrícula, material y mensualidad que requiere preparar la oposición con el apoyo de un buen centro de estudios.

¿Son las webs especializadas el sustitutivo de una academia? En absoluto. Se trata de algo muy distinto. Para empezar nunca te supondrán un gasto equiparable al requerido por una academia al uso. Además, es el usuario el que dosifica su uso en base a su propio horario. Eso sí, las apps y webs especializadas en oposiciones precisan, para ser realmente efectivas, de una mayor involucración por parte del opositor. Cuanto mayor sea su motivación mayor rendimiento obtendrá. Cuanto más convencido esté de que lo que realmente quieres es superar la oposición elegida mayor será la eficacia de estas herramientas online.

Los elementos esenciales en tu preparación.

Motivación, disciplina, trabajo y la justa dosis de suerte, son los elementos esenciales en la preparación de unas oposiciones; sobre todo si te presentas por libre, es decir, sin el acompañamiento de una academia especializada. Si buscas datos al respecto estos te dirán que en torno al 33% de los opositores lo hacen por sus propios medios, sin el tutelaje de una institución formativa. Y no es extraño que una tercera parte de las personas que deciden opositar lo hagan por libre teniendo en cuenta que una academia cuesta unos 150 € mensuales, cantidad nada despreciable en los tiempos que corren.

Los cuatro pasos.

Si aislamos la secuencia del éxito en una oposición, convendremos en que hay 4 pasos ineludibles:

  1. CONCRECIÓN DEL TEMARIO. Saber con total exactitud qué materia debemos estudiar determinando la carga teórica y práctica del mismo. Leer el artículo relacionado «Un temario bien elaborado, primera gran misión del futuro funcionario«.
  2. PLANIFICACIÓN. Contamos con una cantidad concreta de materia lectiva que debemos procesar en un plazo finito.
  3. FASE DE ESTUDIO. Objetivo: transcurrido el plazo fijado el temario formará parte de nuestros conocimientos.
  4. REPASO O AFIANZAMIENTO. Escoger la mejor estrategia para apuntalar en tu memoria toda la materia estudiada abordándola de nuevo es, para muchos expertos, incluso más importante que la fase de estudio en sí.

En Oposapiens iremos tratando con mayor detenimiento y profundidad estas y otras muchas cuestiones que te ayudarán a preparar mejor tu oposición. Tanto si preparas tu examen con la ayuda de una academia -las hay muchas y muy buenas- como si lo haces por libre, Oposapiens será para ti una herramienta útil en la que encontrarás consejos claros y directos.

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La Administración Española y los plazos: la ley del embudo.

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Cuando un ciudadano no trabaja en la Administración española o sus interacciones con la misma son escasas, puede tener la percepción de que funciona como un reloj suizo y cumple con sus obligaciones con el mismo nivel de exigencia que obliga al ciudadano.

En cambio, cuando la interacción con la Administración se intensifica, el administrado se da cuenta de que se trata de una relación totalmente desigual en cuanto a la exigencia del cumplimiento de la ley se refiere. Pongo algunos ejemplos:

  • Contrasta la lentitud de la Administración de Justicia en algunos procesos que tardan incluso más de diez años en resolverse, frente a las desestimaciones que la propia Administración de Justicia realiza cuando un ciudadano presenta un escrito con un día de retraso.
  • La demora de muchas administraciones en el pago a los proveedores que acaba produciendo el cierre de empresas que sí cumplieron con sus contratos en tiempo y forma.
  • Otro incumplimiento flagrante es la falta de financiación al nivel requerido por la Ley 39/2006 de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia por parte de algunas administraciones públicas, provocando que muchas personas con el derecho reconocido fallezcan antes de recibir su prestación.
  • Tampoco es muy congruente exigir a los empresarios contratación indefinida cuando las Administraciones Públicas presentan altos grados de temporalidad e inseguridad laboral en sus filas.

Y dicho esto, ¿qué dice la normativa sobre los plazos en la función pública? ¿Son estrictas las Administraciones Públicas en el cumplimiento de dichos plazos?

Para empezar, si acudimos a las fuentes vemos que el artículo 103.1 de la Constitución reza: “La Administración Pública sirve con objetividad los intereses generales y actúa de acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación, con sometimiento pleno a la ley y al Derecho”. Es decir, que la Administración española está sometida al imperio de la ley como todos los demás ciudadanos y debe cumplir sus mandatos de forma rigurosa tal y como exige a los demás actores sociales.

A su vez, observamos el artículo 55.2. g del texto refundido de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público que, entre otros, cita el principio de  “Agilidad, sin perjuicio de la objetividad, en los procesos de selección”. Este principio significa que las distintas Administraciones públicas deberían completar los procesos selectivos en el mínimo tiempo indispensable de acuerdo al estado actual de sus posibilidades.

Además, en el TREBEP encontramos el artículo 70.2 que dicta lo siguiente: “La Oferta de empleo público o instrumento similar, que se aprobará anualmente por los órganos de Gobierno de las Administraciones Públicas, deberá ser publicada en el Diario oficial correspondiente”.

Y concretando más aún, vemos en el artículo 8.1 del Real Decreto 364/1995,  por el que se aprueba el Reglamento General de Ingreso del Personal al servicio de la Administración general del Estado y de Provisión de Puestos de Trabajo y Promoción Profesional de los Funcionarios Civiles de la Administración general del Estado que: “La oferta de empleo público será aprobada, en su caso, por el Gobierno a propuesta del Ministro para las Administraciones Públicas con informe favorable del Ministerio de Economía y Hacienda, en el primer trimestre de cada año”. En este caso sí existe una concreción expresa de un plazo determinado, y podemos constatar año tras año que se incumple sistemáticamente. Para empeorar las cosas, muchas veces observamos como las ofertas de empleo público se anuncian sospechosamente en los momentos previos a procesos electorales.

El propio Real Decreto 364/1995 también nos señala una serie de plazos para el cumplimiento de los requisitos sucesivos del proceso selectivo que desembocan en la toma de posesión de los funcionarios de carrera. Pues bien, en numerosas ocasiones estos plazos tampoco son respetados con exactitud. Pero lo realmente grave es la falta de un plazo concreto para la toma de posesión del funcionario, circunstancia que suele aprovechar la Administración para prolongar innecesariamente dicha toma de posesión. Es frecuente encontrarnos con gente que ha aprobado su oposición en busca de empleo para poder sobrevivir hasta que toma posesión. Estamos hablando que hay oposiciones que pueden tardar incluso más de 4 años en completarse y esto es totalmente inaceptable. Cuando esto sucede, los opositores se encuentran en un estado de indefensión total ya que no tienen preceptos legales específicos a los que agarrarse para reclamar sus derechos ante los tribunales de justicia. También es inaceptable para los ciudadanos, que ven como su derecho a recibir unos servicios públicos de calidad es cercenado debido a que la Administración no dispone de los recursos necesarios para proporcionarlos.

Teniendo en cuenta que todas estas dilaciones injustificadas van en contra del principio de legalidad y de seguridad jurídica reflejado en el artículo 9.3 de la Constitución, sería apropiado llevar a cabo reformas legislativas que fijaran plazos sensatos de cumplimiento en los procesos selectivos. En este sentido, nos podríamos apoyar en la Ley 39/2015, cuyo artículo 21 dice:

El plazo máximo en el que debe notificarse la resolución expresa será el fijado por la norma reguladora del correspondiente procedimiento.

Este plazo no podrá exceder de seis meses salvo que una norma con rango de Ley establezca uno mayor o así venga previsto en el Derecho de la Unión Europea.

3. Cuando las normas reguladoras de los procedimientos no fijen el plazo máximo, éste será de tres meses”.

Teniendo en cuenta la naturaleza de los procesos selectivos y el estado actual de la tecnología, sería acertado establecer en un año el plazo máximo de toma de posesión de los funcionarios cogiendo como punto de partida la fecha de publicación de la convocatoria de la oposición, a no ser que existiera alguna causa justificada de fuerza mayor que impidiera su resolución. Este plazo debería ser garantía para las personas que han superado el proceso selectivo, de forma que sirviese de referencia para poder exigir el cobro de sus nóminas de forma retroactiva una vez finalizado el citado periodo de un año.

Por otra parte, sería importante aplicar el régimen disciplinario a los responsables de impulsar los procesos selectivos tal y como se expresa en el artículo 21 de Ley 39/2015 del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas:

El personal al servicio de las Administraciones Públicas que tenga a su cargo el despacho de los asuntos, así como los titulares de los órganos administrativos competentes para instruir y resolver son directamente responsables, en el ámbito de sus competencias del cumplimiento de la obligación legal de dictar resolución expresa en plazo.

El incumplimiento de dicha obligación dará lugar a la exigencia de responsabilidad disciplinaria, sin perjuicio de la que hubiere lugar de acuerdo con la normativa aplicable”.

Y ya para finalizar, sería adecuado un régimen compensatorio del daño causado a los opositores y a los administrados como garantía de su cumplimiento.

En definitiva, se trata de reivindicar el cumplimiento de la legislación vigente por parte de todos y en beneficio de todos. Es de justicia. Son nuestros derechos. Y desde OpoSapiens.com siempre los vamos a reclamar.

Si has llegado hasta aquí y te ha gustado el artículo, compártelo. Entre todos podemos cambiar las cosas.

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¿Es buen momento para opositar? (Te adelanto que SÍ).

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Para responder a la pregunta «¿es buen momento para opositar?» nos basaremos en datos y en perspectivas de futuro conservadoras.

La estadística.

Cuando queremos saber si algo es bueno o no, necesitamos compararlo con otra cosa, otro lugar o momento diferentes. En lo que al acceso a la función pública se refiere, tener referencias de periodos anteriores nos servirá para hacernos una idea de la situación actual.

Lógicamente, no tendremos en cuenta en nuestro análisis las circunstancias particulares de cada persona que pueden motivar una mejor o peor situación para conseguir su plaza. Tampoco nos fijaremos en oposiciones concretas cuyo número de plazas ofertadas puede ser alto en periodos de vacas flacas.

Con el fin de averiguar si, en general, es un buen momento para opositar, pondremos el foco en las grandes tendencias. Concretamente, centraremos la atención en la Oferta de Empleo Público de la Administración General del Estado ya que se trata de la administración pública más relevante y es la que marca el camino a las demás administraciones más pequeñas como son la autonómica, la local, etc.

La siguiente gráfica muestra el número de plazas de empleo público ofertadas por la Administración General del Estado durante el periodo comprendido entre los años 2012 y 2020. Para obtener la cantidad de plazas de cada año hemos sumado las plazas de acceso libre y promoción interna.

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Evolución oferta de empleo público AGE.

¿Qué conclusiones podemos extraer de los datos representados en este gráfico?

  • La oferta de empleo público no es uniforme.
  • Depende del ciclo económico más que de otro factor.
  • El momento actual es uno de los mejores de los últimos años para opositar.
  • Si la economía es cíclica, el número de plazas ofertadas podría volver a sufrir una bajada en el futuro.
  • Hay que aprovechar los momentos de bonanza para maximizar las oportunidades de aprobar.

Las previsiones.

En los próximos 10 años, más de un millón de funcionarios se jubilará. La administración española está muy envejecida y debe haber oportunidades para que la gente más joven reemplace a aquellos que se retiran.

Además, la generación del baby boom que cubrió las plazas que se necesitaban en la administración autonómica creada a principios de los años 80 se está jubilando poco a poco y empieza a notarse falta de personal para atender los servicios más esenciales.

Por otro lado, la informatización y mecanización de ciertos procesos puede conducir a que algunas plazas sean suprimidas en un futuro, pero la mayoría de tareas todavía no pueden ser desempeñadas por un ordenador sin ayuda de un humano.

Las conclusiones.

Si echamos la vista atrás y comparamos la situación actual con los años de crisis económica, podemos afirmar que ahora nos encontramos en un momento estupendo para opositar, lo que se traduce en una oportunidad de oro para asegurar nuestro futuro.

Y si encima le añadimos el envejecimiento de las plantillas y la imposibilidad de amortizar un número elevado de plazas por la informatización, podemos casi asegurar que los próximos años ofrecerán una buena coyuntura y continuidad para poder trabajar en la administración pública.

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Webs de empleo público de las Administraciones Públicas.

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Tal y como indica el título de este artículo, a continuación os proporcionamos los enlaces a las páginas oficiales de las diferentes Administraciones Públicas donde encontraréis de forma fácil y rápida toda la información sobre las distintas convocatorias, procesos selectivos y requisitos para conseguir vuestra  plaza de funcionario.

INFORMACIÓN A NIVEL ESTATAL.

INFORMACIÓN GENERAL.

Empezamos con el portal de referencia del Ministerio de Política Territorial y Función Pública donde se da respuesta a las dudas más frecuentes que tiene el opositor cuando inicia su andadura en el mundo de las oposiciones y empleo público. Una vez dentro, la sección «FOLLETO INFORMATIVO DE LA OEP» proporciona una visión global del empleo público en España en las diferentes administraciones. También podéis ver el estado de los procesos selectivos de la Administración General del Estado en la sección «Información de Empleo Público del Ministerio».

Enlace

ADMINISTRACIÓN GENERAL DEL ESTADO.

El siguiente enlace apunta a la sección «Pruebas selectivas» del Instituto Nacional de Administración Pública donde se puede consultar la información relacionada con las pruebas selectivas de cada uno de los Cuerpos o Escalas que gestionan el Instituto Nacional de Administración Pública y la Comisión Permanente de Selección, tanto de las que se encuentren en ejecución como de las últimas convocatorias.

Enlace

MINISTERIO DE JUSTICIA.

A continuación os derivamos al Ministerio de Justicia, concretamente al apartado «Empleo Público y Acceso a Profesiones», donde encontraréis información detallada de los procesos selectivos para los diferentes tipos de empleados públicos que existen en este ministerio. Además, en la sección «Información sobre empleo en el Ministerio de Justicia», se proporciona información sobre el empleo y la formación en el Ministerio de Justicia y se responde a las preguntas más frecuentes sobre Empleo Público en general.

Enlace

MINISTERIO DE INCLUSIÓN, SEGURIDAD SOCIAL Y MIGRACIONES.

Avanzamos con el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Os trasladamos a la sección «Oferta de Empleo Público» donde podéis consultar toda la información que concierne a los procesos selectivos de este ministerio, podéis filtrar por año de la convocatoria y nivel de estudios requeridos para cada oposición.

Enlace

AGENCIA TRIBUTARIA.

En cuanto a la Agencia Tributaria, os enviamos a la sección «Empleo Público» donde se proporciona información relativa a sus correspondientes procesos selectivos, ordenados por año de convocatoria. También se muestran las resoluciones oficiales que se han publicado para que los opositores puedan seguir la evolución de cada oposición.

Enlace

MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES, UNIÓN EUROPEA Y COOPERACIÓN.

Si exploramos la página web correspondiente al Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación podemos encontrar el apartado «OPOSICIONES, CONCURSOS Y CONVOCATORIAS» que muestra la información sobre los procesos selectivos para trabajar en la Administración y sobre los concursos para funcionarios o personal laboral fijo que ya prestan servicios en las diferentes administraciones del Estado, en los que convoca, gestiona o participa el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.

Enlace

MINISTERIO DEL INTERIOR.

La sección «Empleo Público» de la web del Ministerio del Interior contiene la información dirigida a aquellas personas interesadas en trabajar en este ministerio. Concretamente, nos proporciona una guía que describe los trámites necesarios para participar en los procesos selectivos. Desde aquí también se pueden obtener los modelos de solicitud para acceder a las oposiciones. Y para finalizar, encontramos los apartados «Oposiciones» y «Procesos selectivos». En «Oposiciones» se puede consultar información sobre requisitos, pruebas de selección, nombramiento y temario relativos a las oposiciones para ingreso en los Cuerpos y Escalas dependientes del Ministerio del Interior: Policía Nacional, Guardia Civil, Instituciones Penitenciarias o Tráfico. En «Procesos selectivos», se pueden consultar los procesos selectivos en vigor del Ministerio del Interior.

Enlace

MINISTERIO DE DEFENSA.

En la web del Ministerio de Defensa, sección «Trabaja con nosotros», se ubica la información referente a la oferta de empleo dentro de este ministerio. Por un lado, podemos ver la oferta de empleo público para el personal civil, distinguiendo a su vez al personal estatutario, funcionario, laboral y militar. Y por el otro, se expone la información relativa a convocatoria de plazas para personal militar, reclutamiento y enseñanza militar.

Enlace

CORREOS.

Como seguramente sabréis, Correos también dispone de su propia oferta pública de empleo, con sus respectivos procesos selectivos. Para estar al día de las oposiciones de Correos tendréis que consultar su web y acceder a la sección «Personas y Talento» donde se ofrece información de los procesos selectivos en marcha y acceso al registro online para participar en los mismos. También se ofrece un programa de prácticas dirigido a estudiantes de todas las titulaciones de ciclos formativos de grado superior, universitarios y máster. Por último, encontramos una herramienta para la búsqueda de la convocatoria adecuada a tu perfil.

Enlace

INFORMACIÓN A NIVEL AUTONÓMICO.

A continuación proporcionamos los enlaces a las distintas secciones de empleo público que podemos encontrar en los portales de cada una de las Comunidades Autónomas. Desde aquí tendréis acceso rápido a las noticias, convocatorias, sistemas de alerta y demás información de interés sobre oposiciones. Indispensable para todas aquellas personas que aspiren a ser empleados públicos.

Madrid

Catalunya

C. Valenciana

Andalucía

Galicia

Castilla y León

País Vasco

Canarias

Castilla la Mancha

Murcia

Aragón

Baleares

Extremadura

Asturias

Navarra

Cantabria

La Rioja

Pelele

SUSCRIPCIÓN AL SERVICIO DE NOTIFICACIONES DE CONVOCATORIAS DE EMPLEO PÚBLICO

Una herramienta muy interesante que podemos utilizar para que no se nos escape ninguna convocatoria de empleo público es la que ofrece la página oficial de la Administración del Gobierno de España. Si nos suscribimos a este servicio recibiremos correos electrónicos cuando se publiquen nuevas convocatorias que encajen con el perfil deseado.

Las notificaciones se pueden personalizar para descartar las convocatorias que no se adaptan a nuestros intereses. Podemos filtrar por convocatorias libres o de promoción interna, nivel de estudios, tipo de plaza (funcionario, laboral, etc.), administración convocante (estado, autonómica o local), número de plazas y ámbito geográfico (internacional, nacional, autonómico y local).

Enlace al servicio de notificaciones

Y para concluir, decir que también existe la posibilidad de recibir notificaciones de las ofertas de empleo público a través de la aplicación «Empleo Público» de la Administración General de Estado. La aplicación está disponible para iOS y Android en los siguientes enlaces:

Empleo Público Android

Empleo Público iOs

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Empleo público: la información es poder.

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En OpoSapiens siempre decimos que para ser funcionario de carrera solo hay que hacer dos cosas: presentar la instancia y aprobar el examen.

Todo el mundo se centra en aprobar el examen ya que es evidente que aquel que no se ha preparado bien la oposición en ningún caso la superará. No obstante, antes de iniciar la fase de estudio es necesario afrontar una tarea: presentar la instancia.

Haber presentado la instancia es producto de las siguientes circunstancias. En primer lugar, tener conocimiento de una convocatoria que se adapte a nuestro perfil y, en segundo lugar, tener el valor y la inteligencia para inscribirse en la oposición.

Aquel que no sabe es como el que no ve. Todas las convocatorias de oposiciones son públicas y se divulgan en los distintos diarios oficiales, ya sea el BOE, los diarios oficiales de las CCAA o los diarios oficiales de las Provincias. Pero esto no quiere decir ni mucho menos que todo el mundo esté enterado de aquellas convocatorias que le puedan interesar.

Para los que no están familiarizados con los diarios oficiales no se trata de una lectura amena. Se hace ciertamente pesado y aburrido bucear entre las distintas secciones y ofertas que no concuerdan con nuestro perfil. Esto puede derivar en búsquedas infructuosas y poco eficientes, impidiéndonos, en el peor de los casos, el acceso a oposiciones que ofrecen ratios más que interesantes entre personas que se presentan y plazas existentes.

Hay que aclarar en este punto que un número de plazas elevado no es sinónimo de oposición asequible. Es más bien la ratio entre opositores que hacen el examen y plazas existentes lo que determina a priori nuestras probabilidades. Ejemplos de esto serían oposiciones para la Administración del Estado con 1.000 plazas a las que se presentan 50.000 personas, u otra oposición en una administración local para una sola plaza a la que se presentan 8 personas. En el primer caso la ratio sería 1/50 y en el segundo caso 1/8, siendo la segunda opción mucho más favorable.

ACCESO AUTOMÁTICO A LA INFORMACIÓN.

Llegados a este punto nos preguntamos, ¿cómo elijo las oposiciones que mejor se adaptan a mis características y me mantengo alerta de todas las convocatorias? Como ya hemos indicado, puedes familiarizarte con los distintos diarios oficiales y consultar regularmente sus secciones de empleo público. Esto, en principio, no supone un gran esfuerzo si guardas en «favoritos» de tu navegador web las distintas direcciones de las páginas web de los diarios oficiales que te interesan.

Pero la forma más eficiente de conseguir la misma información es darse de alta en los buscadores de ofertas de empleo público que tienen los diferentes portales de los diarios oficiales y de las distintas administraciones públicas. Haciéndolo de esta manera recibirás en tu correo electrónico las diferentes convocatorias que hayas marcado en tu perfil como «interesantes».

Desde OpoSapiens queremos facilitarte esta tarea poniendo a tu disposición los enlaces a las diferentes webs de los organismos públicos para que puedas darte de alta tú mismo en los diferentes sistemas de alerta de convocatorias de empleo público. También podrás encontrar información sobre los procesos selectivos y requisitos para convertirte en empleado público.

Pulsa AQUÍ para acceder a los enlaces.

Con estas herramientas a tu alcance se eliminan de la ecuación factores como el desconocimiento por no saber qué y dónde consultar, o la falta de tiempo que en ocasiones imposibilita que revisemos una a una las diferentes fuentes donde se publican las convocatorias. Por tanto, ya no tienes excusa que te impida alcanzar el primero de los requisitos para ser funcionario de carrera: conocer la existencia de la oferta de empleo público adecuada para ti.

Como dijo Francis Bacon: «La información es poder».