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Lo siento, te han mentido. No hay oposiciones fáciles

Últimamente he visto en prensa una serie de artículos promocionados con titulares del tipo “Estas son las oposiciones fáciles de aprobar con sueldos de hasta 2.000 euros o “Estas son las oposiciones más fáciles de aprobar en España” y voy a hablar muy claro al respecto.

No todo vale a la hora de hacer marketing. Me parece muy bien promocionar tus productos para persuadir al posible cliente con el objetivo de que los adquiera, pero no se puede faltar a la verdad afirmando en un titular que aprobar una oposición es fácil.

No conozco a nadie que haya aprobado una oposición que afirme que ha sido fácil, y conozco a centenares de opositores y funcionarios de carrera. Fácil es bajar al supermercado y comprarte una empanada o leerse un libro de 100 páginas en una semana, pero aprobar una oposición jamás es fácil a no ser que te den las preguntas del examen, en cuyo caso serías un delincuente.

Hay 4 factores que determinan la dificultad para aprobar una oposición:

  1. El nivel de estudios o titulaciones que se requiere para optar a esa plaza.
  2. La relación entre el número de aspirantes que se presentan finalmente a una plaza respecto al número de plazas que se ofertan.
  3. La nota de corte mínima que se exige para aprobar cada prueba según la convocatoria.
  4. La dificultad del propio examen.

A continuación voy a desarrollar estos argumentos para demostrar que en ningún caso puede haber una oposición fácil de aprobar.

Si el nivel de estudios exigido para aprobar es muy alto y se presentan pocos aspirantes, entonces uno puede pensar que habrá conseguido una plaza fácil, pero obvia el tiempo que ha dedicado para conseguir esa titulación. Ejemplo: Oposición de médico. “Me ha costado 7 años de duro estudio y preparación aprobar una oposición fácil” (apréciese la ironía).

¿Qué sucede si el nivel de titulación exigido es más bajo? En el momento en que el “foso defensivo” de la titulación se rebaja muchos más aspirantes se presentan a las oposiciones y entonces la dificultad de aprobar se incrementa mucho por la competencia. El factor competencia es lo que más encarece el sacarse una plaza y a menor nivel de titulación exigida, más competencia.

La nota mínima para aprobar una prueba es una referencia absoluta, no depende de la nota relativa del resto de aspirantes. Suele estar en un 5 sobre 10, pero en ocasiones ha estado por debajo. Sobre todo esto sucede en exámenes de promoción interna.

La promoción interna en la que hay más plazas que aspirantes y la nota de corte mínima para aprobar está por debajo de 5 podría considerarse el tipo de oposición más asequible, pero nunca fácil, ya que, en mi experiencia, se necesitan varios meses de estudio serio para poder superar esa nota de corte.

En cuanto la dificultad del propio examen es el “as en la manga” de la Administración para filtrar el número de aspirantes que superan las pruebas. A veces la Administración, sobre todo antes de elecciones, saca grandes ofertas de empleo público, pero después no tiene la intención de cubrir todas esas plazas y por eso aumenta el nivel de dificultad de las pruebas o impone unos criterios de corrección más duros en los exámenes escritos u orales donde la subjetividad se hace mucho más presente que en los test.

Desde oposapiens.com no vamos a incidir en este relato de la oposición fácil de aprobar. Nos gusta decir que somos la web y app hecha por opositores para opositores. Sabemos perfectamente lo que es opositar porque hemos opositado y aprobado en varias ocasiones y nunca nos ha parecido fácil.

Si quieres aprobar una oposición y conseguir ser funcionario de carrera necesitarás ser organizado y disciplinado, conocer muy bien el tipo de examen y preguntas que te van hacer y tener un bagaje grande y un porcentaje alto de acierto en el tipo mismo tipo de preguntas que te vas a examinar.

Todo eso se puede conseguir siendo constante en un tiempo prudencial y dependiendo del número de temas que tenga tu oposición, pero te aseguro que vale mucho la pena el esfuerzo por la recompensa que viene después. Hay que ser optimista, pero sin caer en el engaño del que te diga que va a ser fácil. Esa es la verdad, lo otro son eslóganes para vender más.

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¿Qué son (realmente) las oposiciones?

En muchas ocasiones se ven en comentarios de opositores por redes sociales en los que se muestra la frustración por los sistemas que la Administración escoge para los procesos selectivos de las oposiciones, ya sea para adquirir la condición de funcionario o para promocionar dentro de la misma.

Estos comentarios promueven la idea de que las oposiciones son injustas porque lo que se les pide a los opositores no es fiel reflejo del verdadero “saber” o tiene poco que ver con las tareas que se realizarán efectivamente una vez se toma posesión del cargo.

La RAE nos define “saber” en sus acepciones segunda y tercera de la siguiente manera:

2. tr. Estar instruido en algo. 

3. tr. Tener habilidad o capacidad para hacer algo.

Básicamente las críticas vienen a decir que memorizar una gran cantidad de datos y soltarlos en un día concreto en forma de test, examen escrito u oral no demuestran ninguna capacidad más allá de la memoria pura y dura. Que no hay análisis, capacidad de resolución de problemas ni de asociación de ideas. Y por supuesto que estas habilidades poco o nada se asemejan a lo que un funcionario realiza en su día a día.

Podríamos considerar estas críticas pertinentes y estas premisas del razonamiento más o menos acertado, pero debemos vigilar nuestras conclusiones porque nos pueden llevar a un lugar que no nos conviene para nada si queremos prosperar y conseguir el objetivo de ser funcionarios de carrera o promocionar. Nuestro sistema de creencias determinará nuestros resultados a medio y largo plazo.

Si el análisis de lo que son las oposiciones nos lleva a concluir que se trata de un mecanismo injusto y que nosotros no estamos dispuestos a pasar por él porque nuestra idea de lo que es el saber debe ser la que impere, entonces tiramos la toalla y habremos perdido la guerra antes de empezar a luchar.

Si en cambio, después de analizar los procesos selectivos, llegamos a la conclusión de que las oposiciones son mecanismos para filtrar a la gente simplemente, entonces lo tomaremos como algo neutro y estaremos listos para avanzar. Si nadie quisiera entrar a la Administración porque las condiciones laborales fueran mucho peores que en el sector privado, entonces no habría oposiciones. Directamente se contrataría a las personas que la Administración pudiera como sucedía con el ejército hasta hace unos pocos años.

Pese a que las convocatorias nos indiquen que las pruebas selectivas tendrán que ver con las tareas que se van a realizar en el puesto de trabajo, os puedo asegurar que la coincidencia llega al 10% como mucho.

La realidad sobre el empleo público es mucho más simple de lo que muchos funcionarios afirman. Cualquier persona con una comprensión lectora normal y capacidad de análisis mínima podría desempeñar casi cualquier trabajo administrativo dentro de la Administración. El trabajo en sí no tiene nada de especial y prueba de ello es que año tras año se contrata a personal interino o gente apuntada en su oficina de desempleo sin haber aprobado una oposición y tras un periodo de aprendizaje normal, periodo que es igual para los funcionarios de carrera que han aprobado su oposición. Recorriendo la curva de aprendizaje durante unos meses, todo el mundo acaba sabiendo hacer sus tareas.

¿Cómo hay que afrontar una oposición?

Una vez que hemos asumido que una oposición es un filtro de aspirantes a unas plazas limitadas y entendemos las normas del juego hemos de aprender a ser los que mejor juegan a ese juego de aprobar una oposición y llegar a ser funcionario de carrera. Una vez dentro ya aprenderemos a hacer las tareas que en cada plaza se nos exijan, pero ahora toca «meter cabeza».

Los siguientes consejos que se indican a continuación han sido demostrados a base de ensayo-error por personas que han logrado ser funcionarios:

  1. Hacer un análisis de nuestra capacidad, titulaciones, movilidad, de la frecuencia en las convocatorias, número de plazas y expectativas económicas para escoger la oposición que más nos convenga.
  2. Una vez decidido el objetivo, centrarnos en él haciendo un análisis exhaustivo de la actual o anterior convocatoria, el tipo de examen, la normativa o temas que contiene y todo aquello que nos pueda ayudar a familiarizarnos con el tipo de pruebas a superar.
  3. Resumir de nuestro puño y letra y hacer esquemas directamente de las fuentes originales, ya sean normas o temas oficiales. Evitar los temarios que nos cambian la literalidad de las normas y nos quitan partes que no consideró importantes aquel que confeccionó el temario y que a la hora de hacer un test son fatales.
  4. Practicar mucho con el tipo de pruebas que vamos a afrontar en el examen oficial, ya sea la realización de test, escritos o recitar partes del temario según sea nuestro examen.

En definitiva debemos de aceptar como son los exámenes, entender bien lo que se nos pide  y convertirnos en las personas mejor adaptadas a ese entorno para sobrevivir y salir victoriosos en el proceso eliminatorio. El trayecto es largo y difícil, pero la recompensa supera con creces el esfuerzo. Si fuera fácil, todo el mundo sería funcionario, pero sólo los mejor preparados lo consiguen.

Si tu oposición consiste en un test o tiene un test eliminatorio, considera entrar en oposapiens.com para prepararlo. Encontrarás miles de preguntas tipo test de un gran número de normas, informática, etc y una comunidad de opositores dispuestos a ayudarte en lo que necesites.

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¿Cómo convertirte en un opositor antifrágil?              

El análisis de la situación:

Si algo nos han enseñado los últimos exámenes de la Administración General del Estado y muchos otros anteriormente de otras administraciones es que en un examen de oposición pueden preguntar casi cualquier cosa. Si bien es cierto que las bases de cada convocatoria delimitan los temas posibles y que se indican las normas que entran, también es cierto que últimamente a los tribunales de oposiciones y a las comisiones permanentes de selección les ha dado por ser ocurrentes en algunas preguntas. Ejemplo de ello son temas tan abiertos como “lenguajes de programación” en oposiciones de informática o “Unión Europea” o “Políticas Públicas” en oposiciones de la AGE donde te pueden preguntar casi cualquier cosa con la bula papal de ser temas abiertos.

Esta forma de preguntar es profundamente injusta por dos motivos, por una parte porque este tipo de preguntas apenas tiene que ver con el trabajo que se puede llegar a desempeñar en un puesto real dentro de la Administración, y por otro lado porque los temarios ya son lo suficientemente amplios como para que supongan al opositor un esfuerzo ingente de meses de dedicación absoluta al estudio y para sacar de ellos un número de preguntas variadas basadas en normativa consolidada.

No basarse siempre en la literalidad de la norma pura y dura o en los contenidos ofrecidos por la propia Administración es incurrir en mala fe e indefensión para el opositor, que no tiene ninguna seguridad de poder llegar a conocer todos los contenidos que se pueden preguntar.

¿Cómo atacar este problema?

Como ya hemos visto, con estos bueyes nos toca arar. En esta vida uno puede optar por quejarse y patalear o puede analizar la situación e intentar navegar los rápidos lo mejor posible. Las oposiciones son un juego y los que aprenden a jugar mejor se llevan el premio gordo.

Al final se trata de sacar una plaza y meter cabeza o conseguir la promoción interna. Todos deberíamos tener opciones de alcanzar el 10 en una oposición si pudiéramos conocer un temario prestablecido, pero si no es posible, nos intentaremos aproximar a esa situación óptima.

Para ello vamos a aprender del precedente y vamos a analizar las preguntas asignando a cada norma o tema la importancia que ha tenido en el anterior examen. Esto es una simple referencia para empezar a estudiar. De esta forma aprenderemos primero las normas o temas que la propia Administración considera más importantes por el número de preguntas formuladas y por su posible doble valor al estar incluidas en la parte práctica de la oposición. A partir de ahí empezaremos a extender el estudio a las demás normas o temas por orden decreciente de importancia en el último examen oficial. Lo haremos así simplemente por tener un criterio objetivo, pero siempre desconfiando de lo que puedan preguntar finalmente. Por último estudiaremos el resto de temas o normas que entran en el temario.

Al final se trata de ejecutar un bombardeo por saturación en el que incidiremos más en las normas o temas capitales, pero nunca jamás dejaremos un tema por mirar. En un examen tipo test muchas veces te puede salvar esa norma secundaria que simplemente te leíste atentamente hace meses y que gracias a aquello puedes descartar un par de opciones en la pregunta y que finalmente aciertas por intuición.

Si bien es cierto que el grueso de cada examen sí que está comprendido en las normas o temas que nos indican, eso no significa que vayas a tener un conocimiento perfecto el día de la prueba final. De ello dependerá la forma en que hayas interiorizado esos conocimientos. Si te has hecho tus propios resúmenes, apuntes, esquemas y normas de mnemotecnia vas a tener mucha mejor retentiva de ellos. Eso cuesta tiempo y esfuerzo, pero claro, si fuera fácil todo el mundo sería funcionario. Si por el contrario optas por lo fácil es probable que tengas un nivel deficiente o subóptimo a la hora de afrontar la prueba. Recuerda: Todo lo que facilita, debilita. Los temarios no oficiales, los resúmenes o los esquemas no hechos por ti son un regalo envenenado. Si estás muy apurado de tiempo te pueden ayudar, pero no esperes optar a la excelencia con ellos. Son como un queso de gruyere y en el examen te pueden preguntar perfectamente por los agujeros.

Hay que intentar leer muy bien la convocatoria en relación a los temas abiertos. Si es necesario hay que buscar información fuera de los cauces tradicionales. Se puede leer en las páginas oficiales de la Unión Europea o se puede leer en las páginas oficiales de Microsoft si preguntan por programas del office. El caso es tener bien cubiertas las espaldas en aquello que el tribunal quiere que sepamos. Hay que meterse en la medida de lo posible en su cabeza e ir a buscarle los 3 pies al gato una vez que ya tengamos la parte troncal de las normas y temas vistos.

Nuestro enfoque:

Desde oposapiens.com tenemos esa mentalidad respecto a la confección de preguntas tipo test. No nos fiamos de las modas o intentamos ahorrar, sino que vamos a lo seguro. Intentamos hacer preguntas de todos los artículos de las normas que tenemos incidiendo más en los más importantes, pero no dejando de lado los otros. También vamos incorporando preguntas adicionales de los exámenes oficiales que van saliendo y justificando todas las respuestas para que ese pedazo de la ley te sirva para repasar por si lo preguntan la próxima vez de otra manera. Estamos en contacto con los opositores todos los días y aprendemos de ellos para darles el mejor servicio y nos fijamos mucho en la forma de actuar de los tribunales de oposiciones para intentar ser lo más resilientes posible ante los cambios que propongan.

Esperamos que este artículo te ayude a conocer mejor cómo afrontar tu próxima oposición y te animamos a que la afrontes con esperanza y mucho ánimo. El conseguir tu plaza depende de ti y sólo de ti, pero si podemos ayudarte un poco estaremos encantados.