
Para responder a la pregunta «¿es buen momento para opositar?» nos basaremos en datos y en perspectivas de futuro conservadoras.
La estadística.
Cuando queremos saber si algo es bueno o no, necesitamos compararlo con otra cosa, otro lugar o momento diferentes. En lo que al acceso a la función pública se refiere, tener referencias de periodos anteriores nos servirá para hacernos una idea de la situación actual.
Lógicamente, no tendremos en cuenta en nuestro análisis las circunstancias particulares de cada persona que pueden motivar una mejor o peor situación para conseguir su plaza. Tampoco nos fijaremos en oposiciones concretas cuyo número de plazas ofertadas puede ser alto en periodos de vacas flacas.
Con el fin de averiguar si, en general, es un buen momento para opositar, pondremos el foco en las grandes tendencias. Concretamente, centraremos la atención en la Oferta de Empleo Público de la Administración General del Estado ya que se trata de la administración pública más relevante y es la que marca el camino a las demás administraciones más pequeñas como son la autonómica, la local, etc.
La siguiente gráfica muestra el número de plazas de empleo público ofertadas por la Administración General del Estado durante el periodo comprendido entre los años 2012 y 2020. Para obtener la cantidad de plazas de cada año hemos sumado las plazas de acceso libre y promoción interna.

¿Qué conclusiones podemos extraer de los datos representados en este gráfico?
- La oferta de empleo público no es uniforme.
- Depende del ciclo económico más que de otro factor.
- El momento actual es uno de los mejores de los últimos años para opositar.
- Si la economía es cíclica, el número de plazas ofertadas podría volver a sufrir una bajada en el futuro.
- Hay que aprovechar los momentos de bonanza para maximizar las oportunidades de aprobar.
Las previsiones.
En los próximos 10 años, más de un millón de funcionarios se jubilará. La administración española está muy envejecida y debe haber oportunidades para que la gente más joven reemplace a aquellos que se retiran.
Además, la generación del baby boom que cubrió las plazas que se necesitaban en la administración autonómica creada a principios de los años 80 se está jubilando poco a poco y empieza a notarse falta de personal para atender los servicios más esenciales.
Por otro lado, la informatización y mecanización de ciertos procesos puede conducir a que algunas plazas sean suprimidas en un futuro, pero la mayoría de tareas todavía no pueden ser desempeñadas por un ordenador sin ayuda de un humano.
Las conclusiones.
Si echamos la vista atrás y comparamos la situación actual con los años de crisis económica, podemos afirmar que ahora nos encontramos en un momento estupendo para opositar, lo que se traduce en una oportunidad de oro para asegurar nuestro futuro.
Y si encima le añadimos el envejecimiento de las plantillas y la imposibilidad de amortizar un número elevado de plazas por la informatización, podemos casi asegurar que los próximos años ofrecerán una buena coyuntura y continuidad para poder trabajar en la administración pública.